En el vídeo #comoniña, se
pregunta a una serie de personas cómo sería correr, saltar, lanzar o pelear
como una niña. En respuesta a esta pregunta, los niños corren burlándose,
incluso mujeres de unos 30 años saltan, lanzan o pelean de manera ridícula.
Cuántas veces hemos
escuchado a padres diciendo a sus hijas "no juegues al fútbol que es poco
femenino" o a los profesores de educación física decir a sus alumnos
"estás corriendo como una niña". Esto quiere decir, que si las
mujeres de 30 años responden de esta manera posiblemente sea porque desde
pequeñas les han enseñado que las niñas no deben hacer esfuerzos físicos o que
no están completamente capacitadas para ello. Al igual, los niños han sido
educados en que x actividades son para niños y x actividades son para niñas.
En cambio, al hacerle la
misma pregunta a niñas de unos 10 años, la respuesta es la contraria. Las niñas
corren, lanzan y saltan con todas sus fuerzas. Éstas responden con seguridad
que hacer algo como una niña no es una crítica.
Desde mi posición de
mujer, creo que al ser de sexo opuesto, el hombre y la mujer tiene cualidades
físicas distintas y  capacidades diferentes. Está claro que no somos
completamente iguales, pero eso no quiere decir que una mujer no pueda jugar al
fútbol o que un hombre no pueda hacer gimnasia rítmica. La mujer no va a dejar
de ser femenina ni el hombre va a dejar de ser masculino.
No se trata de ser
iguales, se trata de tener las mismas oportunidades y que cada uno decida qué
hacer no por el simple hecho de que sea algo "para chicos" o
"para chicas", sino porque realmente sea lo que le gusta. Al final,
no haces algo mejor porque estés "más capacitado", haces bien lo que
te gusta porque ahí es donde verdaderamente pones tu empeño y tu fuerza.
Ejemplos actuales de superación
a los estereotipos son Patri Guijarro, actual centrocampista del F.C.
Barcelona, o bien Christofer Benítez, cuarto de España en gimnasia rítmica
masculina. 

